¡¿Sabías qué?!
Atoramiento y sofocación son responsables de casi el 40% de las lesiones no intencionales en niños menores de un año en Canada.[Ref:3]
Manís y almendras son las nueces más comúnmente encontradas en los bronquios. El maní crea más inflamación bronquial que cualquier otro alimento. Aun pequeños fragmentos de maní en dulces o en alimentos horneados pueden ser aspirados por bebés, quienes carecen de molares para masticarlos.
Como el Dr. Chevalier Jackson lo sostenía (hace más de 100 años), después de que una nuez entra a la boca de un bebé, una de tres cosas pueden ocurrir: la nuez puede ser escupida, puede ser tragada entera o puede ser inhalada a un bronquio. Los bebés no pueden triturar una nuez (incluso fragmentos pequeños) en forma de pasta, para permitir una deglución segura.
Para la prevención de alergias a nueces, ÚNICAMENTE mantequilla de maní suave y fluida (o en puré) deben ser dadas a bebés y niños.
Mantequilla de maní crujiente – o nueces sólidas o en fragmentos – no deben ser dados a niños hasta que cumplan al menos 3 años de edad.
Una cucharadita de mantequilla de maní espesa o un puñado de nueces, si inhalados, pueden ser letales.
Tanto las semillas de girasol como sus cáscaras, son un riesgo de atoramiento.
Atoramiento y sofocación son responsables de casi el 40% de las lesiones no intencionales en niños menores de un año en Canada.[Ref:3]