Atorarse puede ocurrirle a cualquier persona,
pero les pasa más a los niños pequeños!
Casi cualquier cosa que quepa en la mano de un niño pequeño representa un potencial riesgo de atoramiento.
Algunos de los riesgos de atoramiento más preligrosos son: salchichas, monedas, baterías de disco, uvas, globos reventados, etc.
Hablar o moverse con comida en la boca aumenta el riesgo de atoramiento, aunque nunca te haya pasado antes.
Aquí hay algunas estrategias simples que
podrían salvar la vida de alguien:
Tú puedes vigilar a niños menores retirando riesgos de atoramiento en la casa, la escuela o en fiestas.
Puedes tomar cursos de primeros auxilios o salvavidas. Podrías salvar a un niño o incluso a un adulto.